Por Eco. José Linares Gallo
Perú, al igual que muchos países del continente, asumió desde la década del noventa diversos procesos de reforma educativa. Entre ellos: cambios curriculares, adopción de nuevas estrategias para el proceso de enseñanza, aprendizaje, modificaciones a la propia estructura del sistema, capacitación de docentes y puesta en marcha de programas de estudio con uso de tecnología de avanzada.

Con la modernización educativa se ha venido tratando, muchas veces infructuosamente, de revertir el modelo didáctico tradicional, en virtud del cual los alumnos “ven, oyen, memorizan, copian y transcriben lo que dice el docente”, dejando poco o ningún espacio para observar, investigar, elaborar y crear.
Este modelo contradice una premisa básica de la pedagogía moderna, que admite que el conocimiento es construido por el propio educando. No basta para aprender, por lo tanto, que el profesor presente la información. Muy por el contrario el aprendizaje es un proceso interno, personal y activo tal como con gran acierto señalara Piaget.
En efecto, Piaget durante 4 décadas de fructífera investigación persuadió científicamente a psicólogos, sociólogos y educadores. Es conveniente, sin embargo precisar que mucho antes que él hubieron grandes pensadores que intuitivamente llegaron a las mismas conclusiones. El filósofo italiano del siglo XVII Juan Bautista Vico, por ejemplo, sostuvo que “los hombres pueden entender con claridad solamente lo que ellos han construido.”

Muchas décadas después Papert , prestigioso científico social que trabajó junto a Piaget en Ginebra, se abocaría posteriormente a buscar las mejoras formas de que el niño construya, sirviéndose para ello de la tecnología. Tal como dice Papert: “el mejor aprendizaje no consistirá en encontrar las mejores formas para que el profesor instruya, sino en darle al estudiante las mejores oportunidades para que construya”.
En este nuevo enfoque el juego es el vector del aprendizaje, es el disparador del interés y mediante él se generan actividades curriculares más atractivas e interesantes. Se respeta así lo que fue dicho con mucha propiedad acerca de que “jugar es el trabajo más importante del niño”.