Por Eco. José Linares Gallo
Al compás de 4 sucesivas administraciones gubernamentales y bajo el ojo avizor de diversas instituciones evaluadoras nacionales y extranjeras, la robótica educativa ha cumplido 20 años en el Perú, fertilizando escuelas, inspirando vocaciones científicas y dando razones suficientes a los docentes para creer en una educación donde los niños sean los constructores de su propio conocimiento y que los maestros devengan, por fin, en respetables asesores y mediadores del proceso de aprendizaje.
La asistencia académica del Instituto Tecnológico de Massachusetts MIT al proyecto peruano, la inigualable calidad del Producto LEGO, la inspiración y creatividad de muchos profesionales peruanos que tuve la suerte dirigir y el puntual respeto por el contexto cultural donde se aplicaría la robótica educativa, fueron los ingredientes de éxito de este programa. La premisa del bilingüismo y la interculturalidad explican así el éxito entre pequeños niños quechua hablantes, hoy ya egresados del colegio Mariscal Cáceres de Ayacucho, que pueden atestiguarlo.

Junto con ellos, la población escolar de otros 11 colegios distribuidos en todo el Perú, iniciaron el año 1996 el Proyecto Piloto conocido como INFOESCUELA. El éxito precoz del Programa lo obligó a salir de su anonimato: reporteros y cámaras televisivas de medios de comunicación nacional se trasladaron al interior del país y mostraron a todo el Perú, como niños quechua-hablantes tan pequeños exponían sin más ni más y con una pasmosa seguridad acabados prototipos de carruseles automatizados y procesos productivos.
“Tanta belleza, no podía ser posible”. Menos aún, en un país tan acostumbrado a escuchar resultados positivos de sí mismo. De hecho, éramos ya desde entonces, la cenicienta de las pruebas mundiales PISA. ¿Cómo podía estar sucediendo esto en nuestro país? Tal vez fue esa marcada suspicacia de un país que todavía no construye o cultiva su amor propio lo que dio origen a una andanada de evaluaciones nacionales y extranjeras que no tiene parangón en el mundo y mucho menos en el Perú. Una a una fueron éstas reportando y corroborando los primeros éxitos registrados.

Tras una primera evaluación de la prestigiosa institución GRADE que informaba al Ministro de Educación de aquel entonces que la robótica educativa peruana estaba a tono con los nuevos paradigmas educativos (“incorporación de componentes lúdicos en el aprendizaje”, “orientación a la solución de problemas”, integración de conocimientos”) le sucedió una segunda evaluación que congregó a lo académicamente más graneado del Perú y el mundo.
En efecto, en esta segunda evaluación convergieron la Pontificia Universidad Católica del Perú, el Instituto Pedagógico de Monterrico y el Instituto Tecnológico de Massachusetts. El resultado del estudio indica que el Grupo experimental registró “diferencias significativas en todas las pruebas psicológicas y de rendimiento aplicadas”, siendo estas diferencias “más amplias en las áreas de matemática y tecnología”. Vendrían luego, igualmente promisorios, el Informe de la Dirección de Inicial y Primaria del MED el año 1998, la evaluación internacional de la Universidad de Hartford en 1999, el Informe Pedagógico del Proyecto Huascarán en el año 2000.
Entre tanto los éxitos del Programa ya habían trasvasado las fronteras nacionales, de forma tal que fue necesaria la implementación de una Oficina Regional para América Latina que atendiera las demandas de países vecinos. Von Braun debió extender durante un período de 4 años su asesoría a países que como Brasil y México, pronto superaron en número de colegios atendidos al Perú.
El proceso de regionalización iniciado el 2002 transfirió, años después, la administración de las escuelas localizadas en cada departamento al ámbito de cada Gobierno Regional. Surgió allí una demanda que buscaba extender la aún estrecha cobertura de la robótica educativa peruana. Ancash, Moquegua, Cusco y Callao fueron las regiones que más decididamente extendieron el programa. En el ínterin todos los colegios secundarios del Perú fueron implementados con parte del módulo de Robótica Educativa para cubrir el Área de Educación para el Trabajo.

Concordante con esto último; la robótica educativa, impulsada por demandas de mineras multinacionales (Xtrata y Barrick) dio un salto para atender las demandas de jóvenes de 15 a 30 años que requerían mejorar su perfil de empleabilidad. En el primer caso, basados en el diagnóstico de la etapa de sensibilización, se decidió que la capacitación se realizaría en forma bilingüe Español y Quechua, contratándose a antropólogos bilingües provenientes de la Universidad Pedro Abad del Cuzco, con la finalidad de que cada participante en su lengua materna recurriera a sus saberes previos y entendiera el problema planteado en el idioma donde se sintieran más cómodos.
Más tarde vendría un impulso , nuevamente en el ámbito escolar, desde el propio Gobierno Central que había decidido estar entre los primeros en el programa mundial “Una Laptop por Niño”. Fue a resultas de ello que se adquirieron un millón de computadoras portátiles XO. Pero fue a resultas de sucesivos informes del BID que se decidió potenciarlas con robótica educativa WeDo. Como resultado hoy todas las escuelas de Primaria del Perú, cuentan con Robótica Educativa WeDo.