José Linares

Esta semana se aprobó la política nacional de cooperación técnica internacional hasta el 2030, a través del decreto 008-2023-RE por el cual se establecen prioridades y procedimientos para su implementación, sin embargo, la realidad de la cooperación internacional global es compleja.

Esta relación se establece entre dos o más países, organismos u organizaciones de la sociedad civil, con el objetivo de alcanzar metas de desarrollo consensuadas. Es parte de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), que se sustenta en las relaciones bilaterales de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con los países de bajos y medianos ingresos.

Hay que tener en cuenta que el Perú es considerado país de ingresos medios altos, y por lo tanto tiene restricciones a la obtención de cooperación internacional directa, solo puede recibir ayuda técnica (vinculada a los acuerdos comerciales), a pesar de las necesidades que tiene el país: 80% de economía informal, pobreza extrema arraigada, alta vulnerabilidad ante el cambio climático, los estragos del covid -19 que nos hizo el país con más muertos y con más pérdidas económicas del mundo y la falta de acceso a servicios básicos para el 25% de la población (más de 8 millones de peruanos).

El Sistema de Ayuda al Desarrollo se viene gestando en medio de crisis superpuestas (desde el 2020 los desafíos del covid-19, la guerra en Ucrania, los cambios económicos y geopolíticos, y el cambio climático) que amenazan retrasar el progreso de las últimas décadas; y una presión sin precedentes sobre los presupuestos de ayuda, donde los actores del desarrollo deberían adaptar sus políticas y estrategias para hacer frente a un entorno cada vez más complejo.

Según la OCDE, la Ayuda Oficial al Desarrollo en el 2021 fue de 185,900 millones de dólares, proporcionados por cerca de 90 proveedores oficiales (países y organismos multilaterales), que solo representa el 0.33% de Ingresos Disponibles de los aportantes, menos de la mitad de lo que se comprometieron a aportar anualmente: 0.7%, lo que dificulta el avance de la Agenda 2030.

Los niveles de endeudamiento de los países de bajos y medianos ingresos están aumentando, generando mayor pobreza y hambruna. Lo que repercute, también, en las libertades políticas y los derechos humanos y en discriminación contra las mujeres y niñas; algo que no deja de suceder en el Perú, no obstante ser considerado como país de ingresos medios altos y sin necesidad de endeudamiento.

El 90% de los países vieron caer su valor del índice de Desarrollo Humano en 2021. Se estima que 100 millones de personas más han caído en la pobreza extrema como resultado del covid-19 y unos 40 millones más debido a la guerra en Ucrania. Asimismo, si no se controla el cambio climático y sus efectos relacionados a climas extremos, la extrema pobreza aumentará en 130 millones de personas más para el 2030.

El desarrollo sostenible ocurre cuando las comunidades, las sociedades y sus gobiernos se apropian y persiguen un cambio alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030, respaldados por un entorno externo favorable.

La Tendencia a largo plazo de la Ayuda Oficial al Desarrollo implica gastar menos, por lo que la financiación para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030 es escasa. Actualmente, el Comité de Ayuda al Desarrollo proporciona el 81% de la financiación del desarrollo de las Naciones Unidas, y el 89% de la Ayuda Financiera Internacional, pero se necesita ampliar la base de países y actores que apoyen el desarrollo.

Para mantener el impacto de la cooperación al desarrollo, en medio de desafíos abrumadores, se deberían cumplir los compromisos existentes y avanzar en los nuevos llamados al cambio, como el apoyar la transformación liderada localmente en los países socios; modernizar los modelos comerciales y las prácticas de gestión financiera para alinear estrategias, presupuestos y entrega; y equilibrar las relaciones de poder y encontrar un terreno común para las asociaciones con otros actores proveedores de cooperación.

Los recursos deberían asignarse a sectores donde existe una probabilidad razonable de éxito. Por ejemplo, la salud básica debe ser de responsabilidad individual de cada país. El principio de Eficacia de ayuda debe basarse en resultados, en las alianzas inclusivas, en la transparencia y en la responsabilidad mutua.
Estas orientaciones de cambios en las políticas de Ayuda Oficial al Desarrollo son más amplias y complejas. No hay que perderlos de vista porque afectarán nuestras relaciones internacionales.

Por ECO. José Linares Gallo

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