José Linares

Mientras se elija al Parlamento en primera vuelta, donde se prevé, con los actuales requerimientos, que 15 o más partidos participen, muchos reciclados y sin planes de gobierno, y en la segunda vuelta se elija de entre los dos primeros al que gobernará, el cual muy difícilmente contará con mayoría parlamentaria, el escenario político será de conflicto permanente por el poder.

Hoy tenemos un gobierno sin mayoría parlamentaria, y han transcurrido seis meses de permanente cuestionamiento, básicamente, a las designaciones presidenciales de altos funcionarios.

En este contexto, el actual presidente, el 27 de enero, aceptó iniciar el proceso de adhesión del Perú a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE); creada en 1961, en el marco de la implementación de la reconstrucción de Europa después de la guerra, y que aglutina, al 2022, a 38 países de todo el mundo, desde América del Norte y del Sur a Europa, Oceanía y Asia-Pacífico, todos países democráticos, con desarrollo sostenido y de los más exitosos en economía y desarrollo social.

La OCDE es un organismo internacional que asiste técnicamente a los gobiernos para enfrentar los retos económicos, sociales y de gobernabilidad de una economía globalizada; por lo que lograr convertirse en miembro, en los próximos cuatro años, implica que el Perú cumpla con un proceso riguroso que asegure políticas públicas exitosas, que hoy, más que nunca, requiere el país.

Al respecto, el Presidente, al firmar la aceptación del proceso de adhesión, dijo que el Gobierno afrontará el reto con profundo compromiso y convocó a la sociedad civil, a los sindicatos, a las universidades y empresas para que contribuyan con este objetivo.

La OCDE, que tiene países miembros y países socios, ayuda al desarrollo de estos países. A los de ingreso medio, como Perú, los apoya con recomendaciones y evaluaciones constantes de políticas públicas, que pueden servir para definir su propia gestión.

Perú es actualmente socio de la OCDE, y ha desarrollado activamente su relación desde el 2008 cuando se adhirió a la Declaración de la OCDE sobre Inversión Internacional y Empresas Multinacionales. En 2009, el Perú se convirtió en miembro del Centro de Desarrollo de la OCDE y sucesivamente ingresó a otros comités. El 2014 se firmó un Acuerdo País entre el Perú y la OCDE, para lo cual el Perú tuvo que adaptarse normativamente, y contó con participación del Congreso de la República.
En 2011, el Perú expresó por primera vez su interés formal en ser miembro de la Organización y lo hizo por segunda vez el 2017.

Por ello, en noviembre de 2019 la OCDE designó al Perú, a través del Indecopi, como sede del Centro Regional para la Competencia en América Latina, marcando un hito en el fortalecimiento de la cultura de competencia para el Perú y toda la región en su conjunto, para ofrecer capacitación a los funcionarios de la Región latinoamericana.

Los valores compartidos por los miembros de la OCDE incluyen la preservación de la libertad individual, los valores de la democracia, el Estado de derecho y la protección de los derechos humanos, y el valor de las economías de mercado abiertas, comerciales, competitivas, sostenibles y transparentes.

La aceptación de la invitación a la adhesión a la OCDE como miembro, para el Perú, significa que el país iniciará un exigente proceso, con el compromiso de una serie de estudios y supervisiones de una hoja de ruta trazada por la OCDE, con la finalidad de establecer si cumple o no las condiciones básicas para pertenecer a la organización.

Le toca ahora al gobierno implementar la hoja de ruta de la OCDE y al actual congreso comprometerse en su seguimiento.

Esto garantizará la estabilidad económica y financiera, y de gobernanza democrática, así como servicios públicos de mejor calidad, una política regulatoria estándar internacional, y otros temas; que deben permitir superar la crisis de gobernabilidad y generar políticas públicas que aseguren el desarrollo del país. De esta manera se podría superar las permanentes confrontaciones entre la extrema derecha y la extrema izquierda que desestabilizan al país.

Por ECO. José Linares Gallo

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