El sistema de gestión financiera pública en el Perú, cuya rectoría la ejerce el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), tiene algunas características especiales, que complican el proceso y reducen la capacidad de planificación del sector público en general, afectando la eficiencia y calidad de los servicios públicos:
a) El MEF centraliza una serie de funciones que en los países de la OCDE son responsabilidad de los ministerios sectoriales o gobiernos regionales y locales; es evidente el exceso de poder del MEF.
b) Los gastos están vinculados a fuentes de financiación específicas, lo que no permite la transferencia de los fondos públicos a gastos distintos a lo presupuestado. Ejemplo: el canon.
c) El presupuesto aprobado por el Congreso es una referencia inicial que se va incrementando de acuerdo con las necesidades en la ejecución, previa aprobación del Congreso.
d) El sistema presupuestario tiene un enfoque basado en las necesidades de las entidades públicas y no en objetivos de desarrollo (mejorar la calidad del gasto).
El sistema de gestión de las finanzas públicas que ha desarrollado el Perú desde la década de 1990 ha asegurado exitosamente la sostenibilidad fiscal del sector público: el crecimiento ha sido superior al promedio de América Latina y el Caribe, con niveles de déficit fiscal y deuda pública inferiores a los de la región.
El aumento de los ingresos per cápita permitió a Perú alcanzar el estatus de país de ingreso medio alto en 2008. Estos resultados son reconocidos internacionalmente, como lo demuestra la invitación en 2022 para iniciar el proceso de adhesión a la OCDE, a pesar de que el 80% de la economía continúa siendo informal.
Para este proceso de adhesión el Perú debe cumplir con los estándares de la OCDE en gestión financiera pública, centrándose en cuatro áreas estratégicas: 1) prácticas presupuestarias y gobernanza; 2) sistemas de gestión de tesorería y gestión de efectivo; 3) gestión fiscal de los recursos humanos; y 4) programación, presupuesto y gestión de la inversión pública (talón de Aquiles de la gestión del MEF, que genera incremento de ingresos sin desarrollo).
Para que el sistema de gestión de las finanzas públicas del Perú cumpla a cabalidad su rol estratégico como documento del gobierno central, las principales recomendaciones de la OCDE son:
1) Mejorar las prácticas presupuestarias y la gobernanza, al simplificar la ley de presupuesto para pasar de un presupuesto largo y rígido basado en insumos y objetivos físicos a un presupuesto más sintético con un mayor énfasis en los topes de gastos generales y los resultados. Esto mejoraría la calidad y credibilidad del presupuesto de apertura mejorando las proyecciones de ingresos y fortaleciendo los mecanismos de control de implementación.
2) Modernizar los sistemas de gestión de tesorería y efectivo, para que se reemplace el sistema de subcuentas de las unidades ejecutoras por un sistema de cuentas virtuales, e integrar ciertas cuentas importantes que aún están fuera (por ejemplo, el fondo de reserva de pensiones) a la Cuenta Única del Tesoro. Además, la Dirección de Riesgo Fiscal podría tener más autonomía e invertir en mapeo de riesgos, desarrollo de capacidades técnicas y mecanismos para recopilar información de otras entidades.
3) Asegurar una política de remuneración competitiva y fiscalmente sostenible para la administración pública peruana, lo cual requiere que se establezcan topes de gasto en recursos humanos por entidad, y desarrollar capacidades de gestión de recursos humanos en las entidades, especialmente a nivel de gobiernos regionales y locales. También el fortalecer el sistema de control interno, pasando de un control basado en procesos a un control basado en resultados.
4) Mejorar la programación de presupuesto y la gestión de la inversión pública, para lo que sería necesario desarrollar una visión estratégica de mediano y largo plazo y fortalecer el proceso de evaluación de necesidades. Para esto, se debe votar los presupuestos de inversión a un nivel más agregado (por sector y/o territorio más que por proyecto), reforzando los procesos de control de calidad en la etapa de selección de proyectos individuales, buscando fortalecer el sistema de seguimiento y evaluación ex post de la ejecución de inversiones para asegurar que las mismas sean efectivamente las que se han priorizado y programado.
Algunas de las recomendaciones se pueden implementar inmediatamente, otras necesitarían realizar un análisis más profundo para identificar las acciones concretas por realizar, crear consenso sobre la necesidad del cambio que se debe tomar. Todas requieren apoyo político y un grupo de servidores públicos en el MEF que diseñen e implementen esta agenda. Esto implica esfuerzos, aceptar salir de su zona de confort, paciencia y compromiso de largo plazo con el Perú.