José Linares

La primera infancia, de 0 a 6 años, particularmente los 3 primeros, son cuando se desarrollan rápidamente habilidades cognitivas, sociales y emocionales que son fundamentales para sus logros posteriores como adultos.

El Estado y las familias deben priorizar la inversión en la primera infancia en educación, alimentación, salud y también en las madres en estado de gestación, como lo hacen muchos países desarrollados; lo que se logra a esa edad, no se recupera en educación primaria, secundaria y menos en la superior.

En el Perú, existen políticas de desarrollo integral de la primera infancia, pero lamentablemente se caracterizan por ser parciales y fragmentadas, y tener limitada articulación, donde es difícil establecer responsabilidades.

Por ejemplo, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar del 2022, en el Perú, la anemia en niños menores de 3 años sigue siendo un problema grave en zonas urbanas (39.0%) y rurales (55.1%), ambas extremadamente altas, lo cual repercute en su desarrollo integral y en su vida futura.

Antes de la pandemia, en las políticas para la primera infancia, las tecnologías digitales se utilizaban más como herramientas de comunicación que como herramientas pedagógicas para actividades con niños.

Hoy se dispone de tecnología para aprendizajes basados en el juego y, a la vez, construyendo y programando a través de lectura de imágenes, que no requieren que el niño lea ni escriba ni use computadoras; existen numerosos enfoques “desconectados”. Esto debería ser el primer encuentro del menor con su aprendizaje digital significativo; recordemos que hoy la programación es la extensión de la escritura.

Al adquirir una comprensión temprana de la tecnología digital, los niños disponen de nuevas ideas y conceptos. Esto empodera a los niños para que puedan potenciar el desarrollo de habilidades que los ayuden en el futuro, así como también sensibilizarlos para seguir carreras en campos tecnológicos como la inteligencia artificial (IA), la programación y la ingeniería, hoy las carreras profesionales más solicitadas.

En el reciente estudio de la OCDE: “Empoderando a los niños pequeños en la era digital”, se señala que se necesita establecer las oportunidades y riesgos de la tecnología digital para los niños pequeños. Preparar a todos los menores para que participen en usos seguros y creativos de la tecnología digital puede ser una estrategia eficaz para reducir la mayoría de los riesgos (acoso, ciberbulling, y otros).

Una experiencia interesante de empoderamiento a los niños pequeños en la era digital se viene desarrollando, desde 2012, en el pequeño país europeo de Estonia, con el proyecto ProgeTiger para promover el desarrollo de la alfabetización digital en la educación preescolar, primaria y profesional, y ya se ha implementado en el 99% de jardines de infancia de ese país.

Para implementar estos objetivos, es importante formar profesores con calidad y uso frecuente de los medios digitales. En el Perú, la carrera de educación ha ido desapareciendo de la mayoría de universidades privadas de alto prestigio, porque no es económico invertir en pensiones significativas, si después el mercado laboral no lo reconoce.

En este contexto, es necesario volver a capacitar a los profesores de educación inicial a través de aulas virtuales interactivas con videos profesionales (clases magistrales), animaciones, construcción virtual 3D, programación y autoevaluaciones permanentes, que permitan un aprendizaje personalizado y autónomo.

Al respecto, llevo 30 años de experiencia como empresario e investigador en tecnologías educativas (robótica), donde en varias oportunidades el MINEDU me ha considerado como un aliado por la educación, y la realidad es que esto fue efectivo con los ingenieros y ministros de educación Domingo Palermo (1996) y Antonio Chang (2008), con quienes logré una comunicación, técnica y pedagógica, que permitió el inicio de la robótica en el sector público (1996) y posteriormente la expansión de la robótica a los colegios rurales (2008).

Lo he recordado en el reciente Mundial de Robótica Asia-Pacífico WRO realizado en Panamá, con la participación de 86 países, donde tuve la oportunidad de coincidir con ministros de educación y de tecnología, todos preocupados por mejorar los estándares internacionales vía la robótica; mejor laboratorio no existe. Tuve una especial comunicación con el ministro de ciencia y tecnología de Pakistán (país con más de 200 millones de habitantes), el Dr. Umar Saif, ingeniero, empresario y profesor del MIT, quien me contaba que su objetivo era trasversal en todos los ministerios y en particular en educación.

Debo destacar, que la delegación peruana de 40 personas, padres de familia, profesores y niños y jóvenes, tuvimos la oportunidad de ser acompañados, en diferentes oportunidades, por nuestro embajador en Panamá, el Sr. Mario López.

Por ECO. José Linares Gallo

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