José Linares

Por Eco. José Linares Gallo

La hegemonía mundial educativa de Singapur ha sido corroborada periódicamente en las conocidas pruebas de PISA, donde el Perú lamentablemente es colero. Sin embargo sus rasgos característicos: tales como énfasis en la creatividad, autonomía del aprendizaje, emprendimiento, pedagogía de proyectos y otros son también características del programa educativo peruano cuyo piloto fue iniciado en 1996 con el respaldo del Instituto Tecnológico de Massachusetts bajo la denominación original de INFOESCUELA.

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El enfoque educativo singapurense y el de la robótica peruana están entroncadas en el mismo marco teórico, tal como se evidencia en el artículo.

Esas características y otras más que son motivo de este artículo, emparentan considerablemente la otrora INFOESCUELA y ahora conocida robótica educativa peruana con el enfoque educativo singapurense el cual data en términos reales desde mediados de la década ochenta aunque su prédica coincida con el arribo al poder del Partido Acción del Pueblo en 1959.

En efecto si se revisan los escasos documentos que circulan por la red sobre la educación de Singapur lo que más destaca es la devota adhesión a los postulados básicos educativos que se construyeron tras los trabajos y hallazgos de varias décadas realizados por el  Centro Internacional de Epistemología Genética en Ginebra bajo el extraordinario liderazgo del reconocido epistemólogo y científico social Jean Piaget.

Dolar de Singapur
La devoción que tiene Singapur por la educación salta a la vista de los ojos de los viajeros cuando ven la imagen incluida en los billetes de 2 dólares singapurenses.

El pragmatismo oriental de los singapurenses evitó que cayeran en vanos complejos adánicos y en lugar de redescubrir la pólvora, se dedicaron a diseñar una educación focalizada en los auténticos intereses de los niños, promoviendo por ejemplo que los niños aprendan con base en material manipulativo que acompañe y estimule su natural curiosidad y creatividad y que estimule la cooperación. La receta ha sido aderezada desde la década de los noventa con un enfoque que se resume en un lema bastante alusivo: “Más aprendizaje y menos enseñanza”

En el Perú desde que la robótica educativa fuera apellidada como INFOESCUELA, ha obtenido y mantenido durante 20 largos años el respaldo del Instituto Tecnológico de Massachusetts particularmente a través de la participación de Seymour Papert y Michael Resnick, personajes ambos con quienes he tenido el honor de departir y el primero de los cuales fue miembro del Centro Internacional de Epistemología Genética en Ginebra liderado, como ya se dijo antes, por el gran Jean Piaget. Primera coincidencia que quiero resaltar.

Papert y Piaget
Piaget y Papert trabajaron juntos en el Centro Internacional de Epistemología Genética en Ginebra. El primero inspira a la educación de Singapur, el segundo ha sido desde el inicio tutor de la robótica educativa peruana.

Papert equipado con el bagaje intelectual de la época no tardó en crear el primer lenguaje de programación para niños LOGO y luego en alianza académica con LEGO crear la robótica educativa. En ese devenir Papert predicó que la educación mundial debería dejar de ocuparse mucho de dar medios a los docentes para que instruyan y en lugar de ello dedicarse a crear medios para que el niño construya.

Nótese entonces que el parecido en la prédica de Papert (Menos medios de instrucción y más de construcción) bajo la cual ha crecido la robótica educativa peruana y el posterior lema singapurense (“Más aprendizaje y menos enseñanza”) son frases equivalentes que buscan significar que el protagonista en la educación debe ser el niño quedando al docente el rol de asesor, facilitador y guía. Es esta entonces la segunda coincidencia entre el enfoque educativo de Singapur con el de la robótica educativa peruana.

Diríase entonces que el enfoque educativo singapurense y el de la robótica peruana están entroncadas en el mismo árbol: sus raíces y su savia (lo invisible) son el enfoque piagetiano de la educación activa, su tronco (lo visible) se yergue sobre la seguridad que el niño es constructor de su propio conocimiento, en tanto que la frondosidad de ramas y hojas son el producto del  espíritu libre, creativo y autónomo de esta nueva forma de entender la educación.

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