Por Eco. José Linares Gallo
En reciente portada dominical del Diario La República una gran fotografía muestra a alumnos secundarios del colegio Mayor en plena sesión de robótica educativa. El reportaje titulado GENIOS TRABAJANDO aparecía así solo siete días después que el Diario El Comercio resaltara, también en primera página y con una imagen alusiva muy parecida, el artículo intitulado UNA LECCIÓN IMPOSTERGABLE de Cecilia Valenzuela.
Dado que se trata de los dos diarios de mayor importancia en el país y que ambos suelen representar opiniones muy disimiles en el plano político, parecería ser que en el Perú existe un claro consenso respecto al aporte de la robótica educativa en nuestra educación. De hecho unos días antes, el propio presidente Humala se había dejado ver en el video de respaldo de su último Mensaje a la Nación en medio de alumnos de Primaria conjuntamente con su ministro que igualmente se los veía diseñando, construyendo y programando prototipos tecnológicos diversos.
Dicho esto la pregunta parecería caer de madura ¿Por qué la robótica parece ser tan atractiva a ojos de propios y extraños y porque tiene tan buena prensa que puede generar portadas en dos diarios tan diferentes y disímiles entre sí? ¿Qué la hace tan atractiva que no pocos ministros de Educación y mandatarios en los últimos 20 años han sentido la atracción de fotografiarse en medio de estas sesiones?
Recordemos que en diciembre 1996 el entonces ministro de educación Ing.Domingo Palermo fue entrevistado en el Programa Dominical Panorama presentando a niños en Ayacucho en quechua y español desarrollando en aula la primera experiencia de Robótica Educativa.
A diferencia de las sesiones de aula ordinarias, lo primero que destaca en una clase de robótica es esa suerte de devoción que muestran los niños y jóvenes cuando se encuentran en medio del proceso. Los alumnos se hallan tan involucrados en la actividad que nada más pareciera interesarles. Una anécdota contada por un profesor ayacuchano en 1996 daba cuenta tempranamente de este suerte de embelesamiento ya que los niños de una aula de robótica del Colegio Piloto Andrés Avelino Cáceres solo empezaron a percibir un temblor de regular magnitud solo después que el profesor se los advirtiera repetidas veces.
El ensimismamiento creativo al que parecieran ser conducidos los niños mediante la robótica educativa es resultado de un proceso autónomo de aprendizaje donde el niño explora, investiga, diseña y construye soluciones a problemas en medio de una sensación de deleite natural y espontaneo. El niño es conducido así a una sensación de bienestar que está muy lejos del aburrimiento y la ansiedad que sienten cuando bajo el modelo vertical y memorista solo ven, oyen, escriben y transcribe lo que dicta el profesor.
El entusiasmo, la persistencia ante los eventuales contratiempos, el ensimismamiento, el deleite ante retos novedosos, son rasgos distintivos de las sesiones de robótica educativa y es por ello que a este proceso se la puede enmarcar dentro del concepto de Flujo de Aprendizaje al cual se refirió por primera vez el psicólogo Milhaly Csikszenmihaly de la Universidad de Chicago.
Casas Fernández de la Universidad de Costa Rica ha resumido en un breve ensayo los alcances de este nuevo marco teórico que viene sirviendo eficientemente a diversas disciplinas: En el flujo, destaca Casas Fernández “las emociones no sólo están contenidas y canalizadas, sino que son positivas, están estimuladas y alineadas con la tarea inmediata.” En estos estados emocionales las personas en general tenemos una gran capacidad de retener en la mente toda la información que atañe a la tarea que estamos realizando (memoria de trabajo). De esta manera “se hace posible todos los otros esfuerzos intelectuales, desde pronunciar una frase hasta de desempeñar una compleja proposición lógica.” Por lo contrario “quedar atrapado en el aburrimiento de la depresión o en la agitación de la ansiedad significa quedar fuera del flujo.”
Este positivo estado emocional durante el proceso de robótica educativa es el que explica que los niños activen, aprendan, refuercen, apliquen e integren conocimientos de diversas áreas curriculares que como la física y matemática son vistas en cambio con aversión por los alumnos cuando se las orienta bajo los viejos modelos tradicionales de educación.
Siendo así no extraña que los alumnos del Colegio Mayor al que el reportero del diario La República califica con justa razón como los “más inteligentes del Perú” tengan el mejor equipamiento de Robótica Educativa. De hecho ello les ha permitido que junto con el colegio privado Roosevelt ocupen los primeros puestos en los dos eventos de competencia mundial más importantes: la competencia WRO organizada por los ministerios de educación por países asiáticos y la FLL orientada para los países de América y Europa
Lo paradójico del asunto resulta ser que la robótica educativa en el Perú pese a que se inició hace 20 años, pese a que es precursora en la región originando réplicas en diversos países, pese a que los medios de comunicación televisivos escritos y radiales la difunden periódicamente en portadas, sigue siendo vista de soslayo y hasta con indiferencia por las autoridades intermedias del sector de educación. Baste mencionar que tras el incendio ocurrido hace más de tres años el único material hasta ahora sin reponer de un total de 22 ítems es justamente el de robótica educativa.
Tal vez para la percepción de estos poco diligentes funcionarios se cumple aquella frase que dice que “Nadie es profeta en su tierra”. Ojala no sea así. Feliz Semana Santa.