La salud mundial enfrenta desafíos financieros significativos en un contexto económico complejo, donde las prioridades compiten por los recursos públicos limitados. Los países de la OCDE buscan maximizar el potencial de la salud digital, enfrentando la obsolescencia y fragmentación de tecnologías y datos sanitarios.
En 2019, antes de la pandemia, los países de la OCDE gastaban en promedio el 8,8% del PIB en atención médica, cifra que aumentó a 9,7% en 2021 y se estima que disminuyó a 9,2% en 2022 debido a la menor necesidad de gasto pandémico y la inflación. El gasto en salud per cápita en la OCDE varió desde 12 555 dólares en Estados Unidos hasta 1 181 dólares en México.
La salud digital abarca tecnologías de información y comunicación (TIC) que transforman los procesos de atención médica, como la telemedicina y la gestión de datos de salud. Estas herramientas están revolucionando la atención médica, la salud pública y la gestión de enfermedades crónicas. La telemedicina, por ejemplo, permite consultas a distancia, mejorando el acceso a la atención médica en áreas remotas.
A pesar de los avances, la implementación y adopción de la salud digital enfrentan desafíos significativos. La escasez de personal sanitario, agravada por el envejecimiento poblacional, dificulta garantizar una atención médica de calidad y accesible. Además, la seguridad digital es una preocupación creciente debido a los ciberataques en el sector de la salud y la necesidad de proteger los datos confidenciales de los pacientes.
En Perú, la salud digital está emergiendo como una herramienta crucial para mejorar la atención médica y garantizar el acceso a servicios de calidad. Programas como el Programa Nacional de Telemedicina del MINSA están facilitando el acceso a servicios remotos y mejorando la coordinación entre los proveedores de atención médica. La digitalización es menos costosa y mejora la eficiencia del sistema de salud, justificando un incremento en el presupuesto.
El sector privado también está promoviendo la salud digital en Perú. Aseguradoras, clínicas privadas y consultorios implementan plataformas en línea y aplicaciones móviles para mejorar la experiencia del paciente y brindar servicios más personalizados y eficientes. Sin embargo, en 2022, el gasto per cápita en salud en Perú fue de solo 227.83 dólares, comparado con el promedio de 5 000 dólares de la OCDE, y solo el 58.4% de la población tenía acceso a un teléfono móvil con conexión a Internet.
Para que la salud digital alcance su máximo potencial en Perú y otros países, es necesario superar desafíos como la conectividad limitada en zonas rurales, la interoperabilidad de los sistemas de información de salud, la capacitación del personal sanitario en tecnologías digitales y la modernización de las regulaciones.
En conclusión, la salud digital ofrece oportunidades sin precedentes para mejorar la atención médica y garantizar un acceso equitativo a servicios de calidad. Frente a desafíos financieros y sanitarios, la salud digital emerge como una herramienta esencial para construir sistemas de salud más eficientes, resilientes y centrados en las necesidades de las personas.