Al inicio de la República del Perú, el quechua lo hablaban el 90% de los habitantes. De acuerdo con el último censo, del 2017, esta cantidad se ha reducido al 13%; pero aún existe una población aproximada de 4 millones y medio de quechuahablantes.
De los cuales 1 millón 200 mil, se encuentran en colegios, mayoritariamente de primaria. Además, son parte de la población económicamente activa (entre 14 y 64 años), un aproximado de más 3 millones, de los cuales, la mayor parte se encuentran en las parcelas agrarias andinas.
Debido a la baja productividad en las parcelas andinas, la mayoría de los hombres han migrado a la selva, por lo que la agricultura familiar andina se viene desarrollando básicamente por las mujeres, con ingresos que no superan los 650 soles mensuales.
Estas mujeres quechuahablantes difícilmente dejan su hogar y su parcela, por lo que mantienen su lengua quechua, la cual transmiten a sus hijos. De ahí que la lengua quechua aún tiene millones de hablantes en la escuela y en la actividad agraria.
Los niños mayoritariamente provienen de hogares quechuahablantes, sin embargo, al iniciar la escuela, los profesores les hablan particularmente en español, a pesar del material educativo en quechua que provee el MINEDU.
UNESCO, al que el Perú está suscrito: dice que el niño tiene derecho a educarse en su lengua materna. En el artículo 2 de la Constitución Política del Perú, en la ley 29735 sobre difusión de las lenguas originarias, y en el artículo 20 de la ley general de educación N° 28044, queda garantizado el aprendizaje en la lengua materna y el castellano como segunda lengua.
El cumplimiento de las normas descritas supone que el quechua a utilizar, necesariamente, tiene que ser un quechua actualizado a la Era Digital, de lo contrario, podríamos estar generando analfabetos digitales en quechua.
La mujer en el ande ha sido tradicionalmente postergada en el acceso a la escuela, en primaria y, en particular, en la secundaria. Las poblaciones ninis (que no trabajan ni estudian) en la costa son un 10%, en la sierra los hombres son el 20% y las mujeres el 30%, lo que significa una abierta discriminación de género.
Existen brechas de desigualdad entre hombres y mujeres en el ande. A pesar de que el rol de la mujer es esencial para el desarrollo del hogar y de la agricultura, su aporte no es reconocido por la sociedad, haciéndoles difícil llegar a los espacios de toma de decisiones en español y quechua por falta de conocimientos tecnológicos, económicos y de emprendimiento, lo que se puede resolver con un proceso de alfabetización tecnodigital en quechua, que incorpore palabras de tecnología y emprendimiento de las Eras Industrial (1780), Analógica (1870) y Digital (1990).
Las parcelas tienen bajos niveles de productividad, por falta de conocimientos e inversión en tecnología, lo que repercute en un manejo deficiente de los cultivos, de la siembra a la cosecha, y peor aún, en la comercialización de sus productos.
Algo que no debería suceder, si consideramos que hoy el mejor restaurante del mundo, Central, utiliza insumos andinos para la mayoría de sus platos. También hemos dicho, anteriormente, que la dieta de los astronautas se basa en insumos andinos. Por lo que las parcelas de producción agrícola tienen mucho que aportar a la alimentación del Perú y del mundo, en la medida en que accedan a tecnología que potencie su productividad.
Además, es necesario que la cocina novoandina sea popularizada por nuestros chefs y difundida por los medios de comunicación, a fin de mejorar nuestra nutrición cambiando nuestros hábitos alimenticios, con lo cual se disminuirían, significativamente, las importaciones de granos que es uno de los componentes que más repercute en la inflación de los alimentos en el Perú, generando inseguridad alimentaria en el 51% de la población y niveles de anemia infantil y desnutrición de 42% y 12% respectivamente.
Al ingresar a la Era Digital, cada día aparecen mayores posibilidades de acceso tecnológico, pero que requieren que su lengua nativa, disponga de vocablos tecnológicos, económicos, de emprendimiento, y de Estado, de los que lamentablemente no dispone el quechua.
En la actualidad no existen diccionarios quechua, que incluyan, dentro de sus vocabularios, palabras de tecnología de las Eras Industrial, Analógica ni Digital, como tampoco vocablos de economía, emprendimiento y Estado.
Esta falta de tecnología y de conceptos necesarios para el desarrollo económico y social en el idioma quechua, ha traído como consecuencia el poco uso de la tecnología y la falta de desarrollo del emprendimiento en actividades productivas y comerciales en el Ande.