-Artículo publicado en el Diario El peruano 05-01-2016-
La participación de la mujer en la política peruana parece haber entrado en una fase crucial. La hegemonía masculina en el cargo de la alcaldía de Lima Metropolitana fue concluida algunos años atrás con la elección de Susana Villarán. Antes de ello, Lourdes Flores, en dos ocasiones, estuvo muy cerca de pasar a la segunda vuelta para disputar la Presidencia de la República.
Hoy Keiko Fujimori, con 20 puntos porcentuales de ventaja sobre su más cercano rival, corrobora por igual que –por lo menos en el plano político– el machismo se encuentra completamente replegado, sino en retirada. No es coincidencia entonces que de las 20 planchas presidenciales en competencia, 16 de ellas incluyan a una dama.
Algunos podrán decir que se trata de una estrategia política para captar los votos femeninos, pero lo cierto es que si tomamos solo las cinco listas que tienen más chance de competir contra Keiko Fujimori en la segunda vuelta, todas ellas han incorporado a una dama con significativa experiencia en gestión de Estado y política.
Mercedes Aráoz, por ejemplo, ha sido ministra de tres carteras durante el gobierno precedente; Lourdes Flores Nano, lideresa del PPC, ha sido regidora de Lima, diputada y congresista constituyente; Susana Villarán ha sido ministra de Promoción de la Mujer y alcaldesa; Carmen Omonte es actual legisladora y ha sido ministra de la Mujer; mientras que Anel Townsend ha sido igualmente parlamentaria y ministra de la Mujer.
El panorama de la segunda vuelta para muchos parecería claro. Sin embargo, hay muchísimo ‘pan por rebanar’. ¿Qué pasaría, por ejemplo, en el posible escenario que Daniel Urresti se viera forzado a declinar por el juicio que ahora le siguen y tuviera que ceder su lugar a Susana Villarán?
El primer efecto posible es que el clima electoral se polarice. Susana simbólicamente parecería representar la mayor oposición a Keiko. En el camino se puede encontrar con una correntada de electores indecisos y con electores que ahora adhieren solo tibiamente a los mejor rankeados.
Viendo ahora cómo Lourdes Flores Nano ha entrado con gran fuerza mediática en el proceso electoral se espera que lo mismo suceda con Susana Villarán. Las candidatas a la vicepresidencia –como en ningún otro proceso electoral– serán protagónicas y decisivas.
Así lo ha entendido Acuña, tal vez aconsejado por Favre, al colocar a Anel Townsend como candidata a la primera vicepresidencia y a Humberto Lay en la segunda vicepresidencia. Y en este contexto, Pedro Pablo Kuczynski habría cometido un gravísimo error al quitarle visibilidad a Mercedes Aráoz poniéndola como segunda vicepresidenta.
Podría haber otros casos hipotéticos donde el candidato masculino a la presidencia deje la posta a su primera vicepresidenta forzado por un clima electoral favorable a candidatas femeninas. Y en este sentido, la proximidad de las elecciones de Estados Unidos tiene una destacada candidatura en la persona de Hillary Clinton, postulación que podría ser un factor desencadenante.