José Linares

 

inclusion-socialEl crecimiento económico no ha contribuido a la consolidación de la democracia. Lo que plantea es la necesidad de implementar, efectivamente, políticas redistributivas para consolidarla, además que el Estado promueva la participación ciudadana, la rendición de cuentas, la transparencia, la evaluación de las políticas públicas y el control ciudadano.

 

En el contexto actual de crecimiento económico, el Gobierno de Perú se ha comprometido a cerrar las brechas en torno al acceso a oportunidades y generación de capacidades de la población. Este compromiso se materializó a través de la creación del MIDIS (Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social – 2012), órgano rector de la política de desarrollo e inclusión social en el país.

Este compromiso se ha tratado de materializar a través de la corporización del término en un ministerio, lo que no garantiza logros siginificativos que muestren una inclusión social que necesariamente es transversal. Por lo tanto, no necesariamente requiere de la creación de un ministerio específico.

El MIDIS define “inclusión social” como la situación en la que todos los ciudadanos y ciudadanas del país puedan ejercer sus derechos, aprovechar sus habilidades y tomar ventaja de las oportunidades que se encuentran en su medio.

En ese sentido, la política de desarrollo e inclusión social forma parte de la política que el Estado implementa de modo universal y sectorial, como lo son, por ejemplo, la política de salud o educación.

La política de desarrollo e inclusión social, por su parte, prioriza a aquellas personas en situación de mayor pobreza y vulnerabilidad, que no logran ser cubiertas por la política social universal. Ello convierte a la política de desarrollo e inclusión social en una de carácter focalizado y temporal, ya que el objetivo es lograr que todas las personas puedan ser cubiertas por las políticas universales sectoriales.

A este planteamiento oficial, hay que exigirle buenos programas sociales, que solo son un frente eficaz de alivio para la población en pobreza extrema, pero contribuyen poco a reducir la pobreza total. Es necesario exigirle programas sociales redistributivos que mejoren la calidad y cobertura de los servicios sociales, especialmente en educación. Deben mejorar los programas focalizados hacia los pobres, que aumentan las oportunidades de generación de recursos a personas con bajos ingresos y estén articulados entre asistencia social e inclusión productiva.

Para que esta población supere su situación, se necesitan empleos que puedan ser creados por nueva inversión y un crecimiento vigoroso de la economía.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *