La descentralización es una de las principales reformas para la modernización del Estado y la sociedad. Es una exigencia que nace de la vida social y responde a décadas de demandas locales y regionales. No es un hecho administrativo aislado, sino que requiere cambios en todos los ámbitos: político, económico, social y cultural, pues el excesivo centralismo es una herencia histórica muy arraigada que no ha permitido desarrollos locales independientes. En el Perú, pasamos del Tawantinsuyo, cuyo centro del mundo era el Cusco, a centrar el poder en Lima en función a intereses comerciales, en la etapa colonial. Más adelante, la República repitió el esquema.
La descentralización propone construir un desarrollo de país más cercano a las personas y más equitativo, asumiendo los recursos y potencialidades regionales y locales y manteniendo al mismo tiempo la disciplina fiscal nacional. Con la trasferencia de recursos aunados al proceso, no solamente cambian los gobiernos regionales y locales, sino también el gobierno nacional, ya que la descentralización significa un vuelco en la manera de ver el desarrollo, ya no a partir de la suma de perspectivas sectoriales, sino de las potencialidades de los departamentos, provincias y distritos.
Por esta razón, la descentralización y la modernización del Estado deben ir de la mano y estar vinculadas a temas cruciales como la administración y el presupuesto público, la reforma del empleo público, la implantación de procesos de gobierno electrónicos, la inversión pública y, en términos amplios, una nueva organización del gobierno nacional.
El funcionamiento del Sistema Nacional de Inversiones Pública (SNIP) ha presentado recurrentemente problemas de identificación e implementación de inversiones, con bajos niveles de ejecución, a pesar de la flexibilización de los procedimientos y ello debido a que gran parte de las regiones y, en el nivel local, se vienen manteniendo las rigideces e ineficiencias de los sistemas administrativos y que el SNIP tarda en superar su sesgo controlista.
La importancia de las inversiones y la ubicación de las inversiones públicas en particular están definidas por su resuelta determinación en el crecimiento de la economía y en esta como la condición necesaria para resolver los problemas de pobreza en nuestro país.
Además la descentralización significa cambios profundos en cuanto a movilización de recursos, diseño de competencias y atribuciones, redimensionamientos y reingeniería públicos. También una modificación de las relaciones entre los tres niveles de gobierno, es decir, el gobierno nacional, los gobiernos regionales y los gobiernos locales. Es una exigencia nacional establecer en el Perú un modelo de Estado con un gobierno democrático y descentralizado.