José Linares Gallo

Por Eco. José Linares Gallo

El crecimiento económico del Perú en la última década no solo ha traído cierto respiro a nuestras cuentas fiscales sino también nos viene enfrentando a una serie de dilemas respecto hacia donde orientar eficientemente la inversión pública. Una mirada a las principales brechas de servicios que afectan la competitividad de nuestro país es el primer paso que debemos tomar en cuenta.

A juzgar por lo dicho en el Plan Nacional de Infraestructura 2012-2021 publicado por la Asociación para el Fomento de la Infraestructura AFIN, el Perú siempre se ha mantenido por debajo de la tendencia promedio de los países de la región en los últimos años. Esto sucede no obstante que su crecimiento económico ha venido sobrepasando el promedio regional.

En efecto si se escruta la relación entre los indicadores de infraestructura y el PBI per cápita promedio en el período 2006 – 2010, el Perú se ubica por debajo de la línea que correlaciona ambas variables en el caso por ejemplo de banda ancha, telefonía fija, telefonía móvil, saneamiento y agua potable.

 

 

Tal como se puede apreciar en los gráficos que hemos seleccionado hay variables que se correlacionan mucho más que otros. Nótese que el indicador de banda ancha tiene una pendiente bastante empinada respecto a la de agua potable que es casi plana. Esto se podría explicar en el hecho que el agua potable es un servicio básico extendido en los países que han alcanzado un mínimo desarrollo. Dado lo extendido de este servicio no existen grandes diferencias entre países. No obstante ello, el Perú, como se puede observar, está sumamente rezagado.

Se da por hecho en corrillos oficiales y hasta académicos que nuestra difícil geografía explica en mucho este rezago. Y no tengo duda que la razón les asiste en mucho.  Nótese, en el siguiente gráfico como en las zonas territoriales que se encuentran a más de 100 kilómetros de la costa o de ríos navegables, el rezago peruano es mayúsculo.

Lo que no queda claro es porque estamos más rezagados que países de geografía accidentada como la nuestra. Y mucho más aún el gráfico sugiere que la mayor densidad poblacional que tiene el Perú en estas zonas agrestes respecto a Bolivia tampoco incide en la mejor provisión del servicio público.

Se dirá sin embargo que el Perú tiene la mayor elevación promedio de los países andinos. Sin embargo si observamos el siguiente gráfico podremos observar que la inclinación no es rigurosamente un predictor de la amplitud del servicio de agua potable.

En efecto en la gráfica que proporciona el Plan Nacional de Infraestructura 2012-2021 hay varios países que comparten el grado de elevación promedio pero se diferencian notablemente en la cobertura de agua potable que brindan a sus pobladores. Es difícil por lo tanto concordar con aquel extremo del Plan que sugiere que “aquellos países con una elevación media territorial importante cuentan con un menor acceso a los servicios de agua potable….”

Nótese por ejemplo que aún en el caso de dos países andinos como Ecuador y Bolivia cuya elevación promedio es cercana, se puede observar que la provisión de agua potable es muchísimo mayor en el caso del país norteño. Y nuevamente, el Perú luce completamente rezagado

Pero nuestra geografía accidentada no solo nos reta en el tema de saneamiento y agua potable, sino que dificulta en general la provisión de infraestructura. Y no solo con aquella infraestructura relacionada con el bienestar directo de la población sino con aquella que está directamente asociada al crecimiento económico y al desarrollo. Pero de eso ya hablaremos más adelante en otro artículo.

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